¿Qué es la inteligencia emocional?
La Inteligencia Emocional se define como la capacidad que tiene el Ser Humano de para comprender y gestionar las emociones. Esta capacidad no solo nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, sino también a mejorar nuestras relaciones con los demás.
En este artículo analizaremos el mensaje de cada emoción, puesto que el entenderlas y atender el mensaje que nos traen, nos permite evolucionar y avanzar en nuestra vida.
¿Qué son las emociones?
Definición
El diccionario de la RAE define la Emoción como una “alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”. Pero ¿a qué corresponde esta alteración del ánimo?, y si se define como “pasajera”, ¿por qué entonces en algunos casos las emociones nos duran tanto tiempo?
Su origen
Las emociones son una reacción biológica ante algún agente externo. Si pensamos en el hombre primitivo, cuando se encontraba con una fiera, tenía dos opciones: luchar (aparece la rabia), o huir (aparece el miedo). Es decir, el mensaje de la rabia era “lucha por tu vida”, mientras que el mensaje del miedo era “huye para sobrevivir”. Así pues, las emociones primarias surgen con un fin de supervivencia. Y son pasajeras, puesto que una vez sorteado el peligro, la emoción se libera.
Su función en nuestra vida
Y si trasladamos esto al momento actual, aunque por lo general no corre peligro nuestra vida, las emociones las tenemos muy presentes: queremos a nuestros hijos, nos entristecemos por la muerte de un amigo, nos alegramos de haber encontrado un trabajo nuevo…
Nuestras emociones nos dan un mensaje, llamando nuestra atención hacia algo que debemos resolver.
El mensaje de las emociones básicas
En primer lugar, desde el concepto de inteligencia emocional, debemos destacar que no existen emociones positivas y negativas. Todas las emociones son perfectas en el momento adecuado y gestionadas de la manera adecuada, puesto que cada emoción lleva asociado un mensaje, algo a lo que debemos atender para tener una buena salud y crecer como personas. A mí me gusta definir las emociones como una brújula interna, que nos dice en qué dirección debemos ir.
En el ser humano existen muchas emociones, unas son emociones primarias y otras emociones secundarias (combinación de emociones primarias). Aquí vamos a tratar las principales emociones primarias: miedo, tristeza, rabia, amor y alegría.
Miedo
El mensaje del miedo es la precaución. Nos protege del peligro, nos indica que tomemos conciencia de los riesgos de una situación y que los evaluemos antes de tomar la decisión. El problema no es el miedo en sí, sino cuando ese miedo se convierte en miedo exagerado que nos paraliza.
El miedo es la la brecha entre nuestra meta y los recursos que tenemos. Nos propone que valoremos la posibilidad de reducir nuestra meta, o bien de aumentar nuestros recursos (formarnos, pedir ayuda…).
Tristeza
La tristeza es la reacción ante una pérdida. A veces es una pérdida de algo externo, de bienes materiales o de personas (ruptura de una relación, pérdida de un ser querido…), y otras veces puede ser que lo que perdamos sea una parte de nosotros mismos… (perdemos nuestra intimidad, nuestra independencia, nuestro tiempo haciendo lo que otros esperan de nosotros, en lugar de lo que deseamos…).
La tristeza invita a la reflexión y al análisis de lo que está pasando, y te hace conectar con la profundidad de tu Alma… basta pensar la cantidad de obras de arte (música, literatura,…) que se han hecho desde la tristeza del autor.
Rabia
La rabia aparece cuando sentimos que una situación es injusta, y nos mueve hacia la acción.
Conviene resaltar la diferencia entre rabia, como emoción que nos da fuerza y nos lleva a actuar, y agresividad, que es la rabia dirigida contra otros.
Amor
El amor está relacionado con la valoración y el cuidado hacia uno mismo y hacia los demás.
El amor es la emoción que hace que esa rabia no llegue a convertirse en agresividad. Es la emoción que hace que el músico convierta su tristeza en una obra de arte. Es la emoción que permite abrazar tus miedos, aceptarlos y decidir libremente, en base a los deseos de tu alma.
Se habla de muchas distinciones en cuanto al amor: el amor romántico, el amor hacia los hijos, hacia los padres, hacia los amigos… pero todos parten de la misma premisa, lo primero es el amor hacia ti mismo, puesto que ese amor que llevas dentro es el que luego podrás compartir.
Alegría
La alegría está relacionada con aquello que valoras en tu vida y con el sentimiento de expansión.
El mensaje de la alegría es que estás en el camino correcto, ordenando tu vida de acuerdo con los anhelos de tu alma. Y no me refiero a una falsa alegría que utilizan algunas personas para evadirse de sus problemas… la alegría no tiene nada que ver con estar permanentemente de fiesta y gastando bromas, sino que es un estado interno que parte del amor y de la paz, una emoción muy profunda que te indica que estás en el camino en que debes estar, aquel que da sentido a tu vida y que te permite realizarte como persona.
El Círculo de las Emociones
Hemos hablado de las emociones por separado, pero por lo general, nuestras emociones no actúan de manera independiente, sino que se interrelacionan, e incluso siguen un orden en los procesos. Así que para sacar desarrollar al máximo nuestra inteligencia emocional, también debemos conocer cómo interactúan entre ellas.
Cuando aparece un elemento discordante externo, las emociones suelen aparecer en el siguiente orden: miedo, tristeza, rabia, amor y alegría.
Para entenderlo mejor, pongamos un ejemplo: una persona que está buscando trabajo, y hace una entrevista para un nuevo puesto de trabajo. ¿Cómo sería este ciclo emocional en este caso?
Primero aparece el miedo
La precaución… Quizá las ideas que vengan sean, “yo este trabajo no lo controlo, ¿seré capaz de hacerlo?, ¿me gustará realmente?, ¿cómo será el ambiente en el nuevo trabajo?, ¿y si me equivoco?…”
El miedo lleva a la tristeza
Puede ser que entonces se plantee, “pero si no me atrevo ni a intentarlo, puede que esté dejando pasar una buena oportunidad laboral en mi vida, y en cambio me voy a ver atado a mi trabajo actual en el que ya no estoy bien…”
Así que miedo lleva a la tristeza, una tristeza originada por un sentimiento de pérdida de una oportunidad de mejora. Y esta emoción de tristeza facilita la reflexión, el análisis y la búsqueda de soluciones… “¿realmente no puedo con el nuevo trabajo?, ¿qué necesito para poder?, ¿quizá formarme en un determinado campo?, ¿puedo hacerlo?, ¿qué riesgos corro?, ¿merece la pena asumir ese riesgo?,…”
De la tristeza se sale con la rabia
La rabia te proporciona la fuerza y empuje que te lleva a la acción.
En nuestro ejemplo, el resultado de esa reflexión podría ser “lánzate y coge ese empleo”. Y entonces la emoción de la rabia te llevaría a aceptar el nuevo puesto, y a tomar las acciones necesarias para realizar tu nuevo trabajo con éxito.
De la rabia se sale con el amor
Como indicábamos en el apartado anterior, primero vendría el amor hacia ti mismo, relacionado con la autoestima. Y luego el amor hacia los demás y hacia todo lo que te rodea.
En nuestro ejemplo, pasaría por valorar tus propias aptitudes y quererlas, puesto que gracias a ellas has llegado donde estás. Y luego vendría el amor por todo lo demás, por el nuevo trabajo que ya estás haciendo, por tus nuevos compañeros a lo que cada vez vas conociendo mejor…
Y el amor lleva a la alegría
Porque cuando sientes ese amor hacia ti mismo y hacia los demás, esa emoción te lleva a valorar todo lo que tienes, todo lo que eres y todo lo que está a tu alrededor, lo que crea ese sentimiento profundo de alegría, que te indica que estás siguiendo el camino correcto.
¿Cómo puedo potenciar mi inteligencia emocional?
Empieza agradeciendo
Lo primero es aceptar tus emociones, analizar cuál es el mensaje que te quieren transmitir y agradecerlo.
Por ejemplo, si te sientes triste y desanimado porque has caído enfermo, sería bueno reflexionar sobre el mensaje de tu enfermedad, que te preguntes “para qué te está sirviendo” esa enfermedad… quizá para permitirte parar, para replantearte si la vida que llevas es la que quieres vivir, para evaluar si te estás cuidando lo suficiente… Una vez des con tu propia respuesta, te darás cuenta de que tienes mucho que agradecer a tu emoción, puesto que te ha permitido ver lo que debes cambiar en tu vida para crecer y evolucionar.
Pasa a la acción
Una vez descifrando cuál es el mensaje que te trae esa emoción, piensa qué puedes hacer para solucionar el tema que te están mostrando, déjate llevar por esa inteligencia emocional innata, y ¡¡ACTÚA!!
En el ejemplo anterior, si por ejemplo has descubierto que llevas una vida con demasiado estrés y con una alimentación no muy sana, toma las acciones necesarias para cambiar esa situación… quizá puedas apuntarte a unas clases de yoga o meditación para reducir el tu estrés, o limitar tus horas de trabajo, o llevar una alimentación más saludable…
Y confía
Todas las acciones que tomes en base a esta inteligencia emocional que todos tenemos, repercutirán en la transformación de esas emociones en otras que te posibiliten llegar al objetivo deseado y seguir creciendo. Así que ¡¡CONFÍA!!.
En nuestro ejemplo, todas esas acciones para reducir el estrés y cuidar la alimentación, se manifestarán en un mayor amor hacia uno mismo. Y a partir de este amor hacia uno mismo, no solo mejorará tu salud, sino que al ir cuidándote y sintiéndote mejor, empezarás a conectar con la alegría.
Lo importante es no desanimamos en el último momento. Este proceso puede tardar más o menos, pero si confías en ti mismo y en que tus emociones son tus aliadas, los resultados sin duda llegarán en el momento más adecuado para ti.
Otras técnicas que pueden ayudarnos a gestionar nuestras emociones
La inteligencia emocional es una capacidad innata del Ser Humano, pero si te ves envuelto en situaciones que emocionalmente no sepas cómo resolver, existen técnicas que te pueden ayudar.
Sesiones y procesos de Coaching
Desde Shivanda, una de las técnicas con las que ayudamos a desarrollar al máximo la inteligencia emocional es el Coaching. Se trata de sesiones individuales en las que acompañamos a la persona a que encuentre la forma de dirigirse hacia sus metas, y a tomar las acciones necesarias para alcanzarlas.
Nuestras emociones son las que nos posibilitan o no el pasar a la acción para alcanzar nuestros objetivos. Así que el buen resultado del proceso depende en gran parte de cómo las gestionemos.
Suscríbete y recibe en tu Email nuestros próximos artículos, ofertas y descuentos especiales para sesiones y talleres de Crecimiento Personal.